Sabemos que para ti, la educación de tus hijos es una prioridad. Es por esto que queremos darte algunos consejos para que tengas en cuenta y los implementes a la hora de señalarles a tus hijos, comportamientos y actitudes que no son positivas. Los hemos reunido en este artículo y los ponemos a tu alcance, pues son consejos que nuestros profesionales de la educación han identificado como eficaces.
Esperamos que sean de gran utilidad para ti:
Sé firme
Cumplir las responsabilidades de la educación en el entorno familiar implica mucha tolerancia.
Nuestros hijos pueden convertirse en un verdadero desafío; sin embargo, es fundamental que tengamos la habilidad de mostrar firmeza en nuestras decisiones y en hacerles cumplir con sus tareas y responsabilidades, sin que esto implique impedir el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos.
No es una tarea sencilla, y para ello se requiere asertividad. Puedes darles a tus hijos una educación cónsona y focalizada, con asertividad, sin que esto implique tosquedad.
Educa desde el respeto
No hace falta ser un psicólogo experto, para darse cuenta de que irrespetar a alguien nunca es la mejor de las alternativas posibles.
El respeto es clave e innegociable. Educar desde el respeto es una necesidad básica porque funciona en ambas direcciones. Por un lado, facilita una comunicación más abierta con el pequeño. Por el otro, no distorsiona, lo que algunos han definido como, el diálogo interno.
En caso de que no lo sepas, el diálogo interno es el conjunto de palabras, patrones discursivos y mantras con los que nos hablamos a nosotros mismos. Si este se alimenta solo de términos peyorativos, el niño crecerá con problemas de autoconfianza que le costará corregir cuando llegue la temida adolescencia o, en el peor de los casos, en la adultez.
Acompaña en tiempos difíciles
Es fundamental que el niño ejerza su derecho al relacionamiento con el mundo en todas las formas apropiadas para su edad. No tiene sentido prohibirle jugar un rato al aire libre por temor a que se caiga, o que algún extraño se acerque.
Si el niño está en una etapa de angustia constante, situación que pasa con mucha frecuencia luego de conocer a sus nuevos compañeros de clase o cuando pasa a un nuevo grado, no te muestres como el tutor que marca distancia.
Son estos momentos de vulnerabilidad cuando el niño más necesita de tu presencia, de tus palabras y de tu apoyo.
Enséñale que toda acción, trae consecuencias
La relación padre-hijo debe construirse en función de valores como el respeto, la tolerancia, la confianza y, desde luego, el amor.
Evita amenazar con un castigo (mucho menos imponerlo, en términos físicos), porque esto implica una forma corrosiva de condicionamiento que no contribuye a la construcción de una relación positiva.
Cuando hablas de consecuencias, estás invitando a tu hijo a analizar su comportamiento desde un punto de vista mucho más accesible.
Te invitamos a reflexionar estas recomendaciones, e identificar las que ya estás poniendo en práctica, para que continúes haciéndolo.
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